La Provincia de Río Negro ha transitado últimamente una crisis Política Institucional
de una dimensión trascendental que quedará en la historia de su vida
democrática.
Varios son los factores que han intervenido y la generaron, siendo el
responsable más destacado el mismo gobernador de la provincia valiéndose del respeto a las instituciones y a la
democracia que el peronismo demostró históricamente.
El primer factor aunque parezca paradójico, se desencadena el mes de
enero de 2012 y posterior a la muerte del gobernador Carlos Soria dirigente
peronista que junto a la generosidad del movimiento justicialista en su
conjunto, permitió y creyó en el acompañamiento leal de Alberto Weretilneck al
Frente para la Victoria por lo menos hasta el final del primer mandato. Esa
primera causa fue la puesta en marcha, innecesariamente, del art. 180 inc 6 de
la CP
A partir de esta situación y con el poder legado y confiado en la figura
de AW, éste comenzó con la articulación de una serie de hechos con el fin de
construir poder, circunstancia legítima en política, lo detestable e
inaguantable para el justicialismo es de la manera que lo tejió y con quiénes
lo llevó a cabo. Se alió con quienes evidentemente nunca dejó de consultar, sus
amigos de siempre, pragmáticos operadores políticos de los 28 años de gobierno
radical.
Utilizando la misma lógica del accionar de estos históricos personajes oscuros del poder, coqueteó,
penduló y alternó entre las figuras más emblemáticas del partido
justicialista; de este modo enfrentó y acompañó
a Martín Soria, Miguel Pichetto, Movimiento Evita, La Cámpora siempre en
situación de victima.
Estos enfrentamientos y acercamientos por parte del gobernador con los
distintos sectores del peronismo, se convirtió en un actuar zigzagueante que generó
una pugna en el Frente para la Victoria y más precisamente en el corazón de la
dirigencia del partido justicialista; obviamente que esta construcción personal
fue pensada y ejecutada desde el mismo momento que llegó a la gobernación como
consecuencia de la muerte de quien lo llevó confiado a conformar la fórmula
para cambiar la historia en Río Negro.
Este abandono del proyecto nacional y provincial antes de la finalización
del mandato, confirman esa construcción personal y la indiferencia manifestada
a la hora de traicionar a los compañeros que confiaron en él, en el proyecto
del gobierno peronista y especialmente al pueblo que lo ungió con su voto.
Su pase al massismo, frente que defiende los intereses del poder
económico concentrado, que de renovador no tiene nada, solo tiene la intención
de retrotraer la política argentina a los años más oscuros de la década del 90,
en contraposición de las políticas llevadas a cabo por el Frente para la
Victoria a nivel nacional, es de un alto contenido de ingratitud y desprecio
por el pueblo de Río Negro.
En este mundo del revés, en vez de renunciar quien anunció su pase al
frente opositor del massismo, y que el Frente para la Victoria gobiernes
verdaderamente esta provincia, renunciaron
los compañeros que con convicción y desinterés siguen participando dentro del
peronismo y algunos dentro del Frente Grande, en el Frente para la Victoria,
encolumnados tras el gobierno nacional de la presidenta Cristina Fernández de
Kirchner.
Hoy vemos azorados como radicales y fuerzas aliadas al radicalismo en
otras épocas, siguen gobernando esta
provincia, nunca se gobernó en el marco de un proyecto aun con los conversos K,
siempre se actúo sobre la coyuntura, y con fines únicamente electoralistas para
seguir prendidos de la caja del Estado.
El gobernador dentro del massismo y sus aliados actuales, son aquellos
soldados fieles al neoliberalismo, los mismos que pulverizaron el Banco
Provincia de Río Negro, su caja de Previsión Social, la desvinculación
voluntaria, la Energía, etc .etc. etc., todo vendido en
connivencia con el gobierno nacional de ese momento y a los pies de Domingo
Cavallo, entregaron la provincia y quieren seguir en esa dirección con estas
maniobras de traición al voto popular.
Néstor Kirschner puso en marcha un País en llamas y se enfrentó con todas
aquellas corporaciones que dominaban el País, en esta provincia, debemos hacer
lo mismo, desenmascarar definitivamente
a todos aquellos que tanto daño hicieron
durante tantos años. En el año 2015
necesitamos un gobernador peronista
Juan Domingo Perón decía:
“ El movimiento
tiene enemigos de afuera y enemigos de adentro:
Quien no lucha
contra el enemigo ni por la causa del pueblo, es un traidor, quien lucha contra
el enemigo y por la causa del pueblo, es un compañero; y quien lucha contra un
compañero es un enemigo o un traidor”.
Sin duda el General Perón era
conocedor de la personas y de éstas circunstancias, hoy el peronismo es victima
de estas frases y despojado de un
gobierno que costó muchísimos años de lucha.
Carlos Rasquela
Agrupación Ramón Carrillo
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