El
Consejo Directivo de la UnTER manifiesta su absoluto rechazo a
expresiones vertidas por el Sr. Gobernador Alberto Weretilneck donde
manifiesta que los menores que delinquen deben ser tratados del mismo
modo que los mayores, y pide para ellos la “máxima pena”.
Estas
expresiones son contradictorias con la intención manifestada por
este gobierno y compartida por nuestro sindicato de que el lugar de
los pibes, pibas o adolescentes es la escuela, en el establecido
marco de la escuela pública obligatoria.
Si
la definición es garantizar el derecho social a la educación,
debemos inferir que es en este marco donde debe darse parte de la
contención que la sociedad y el Estado deben dar a las y los
jóvenes. La delincuencia no se combate con medidas represivas, se la
empieza a prevenir con más justicia social y se la combate con más
y mejor educación.
Cuando
un joven delinque, algo está fallando dentro de la sociedad, sobre
todo en una sociedad sobrepasada e influenciada por conceptos
neoliberales y donde todavía habitan influencias del terrorismo de
estado.
Cuando
un joven delinque entran en juego los valores impuestos por un modelo
económico y político que desbastó las instituciones, que generó
algunas leyes que todavía quedan como rémoras del pasado y que los
excluyó del sistema educativo.
No
compartimos la política de la “pena máxima” porque el carácter
punitivo y represor de esa política abrió la puerta para las peores
atrocidades y para el “gatillo fácil”.
Por
lo tanto cuando algo falla lo que corresponde es mirar hacia atrás y
cambiar, originando políticas de estado que cambien valores y que se
vuelva a la construcción de conceptos basados en la solidaridad, la
honestidad y, en síntesis, al cambio cultural que todas y todos nos
merecemos. Hay que arrasar con el “yo me salvo solo”, con el
“sálvese quien pueda”, hay que terminar con la política basada
en el individualismo, hay que generar políticas de construcción
colectivas, hay que dar ejemplos de cordura y sensatez para que
contagien y alienten a las/los jóvenes.
Y
es por este camino del cambio por donde debemos transitar para
cambiar la historia. Debemos construir el camino que hoy nos
muestran nuestros jóvenes en todo el país sumándose a la
participación política y a las acciones solidarias. Es el camino
del voto a los 16 años, es el camino de la formación de los centros
de estudiantes, es el camino de la construcción de herramientas que
los hagan sentirse útiles y respetados.
Para
cambiar hay que mirar hacia atrás y ese mirar atrás nos indica que
miremos los derechos vulnerados de nuestros/as jóvenes y niños/as,
que hagamos un mea culpa de lo que nos falta por construir y nos
pongamos todas y todos a buscar alternativas que prevengan y que
eviten que la delincuencia sea naturalizada.
Como
trabajadores y trabajadoras de la educación hemos asumido el
compromiso por la construcción de una sociedad y un Estado más
justo, por una Provincia que nos dé alegría habitar, por una
sociedad que respete y dé garantías de vida a nuestros jóvenes. No
es con mano dura, con más rigurosidad y más penalidad que esto se
resuelve.
Gral.
Roca – Fiske Menuco, 29 de mayo de 2013
Juan
Carlos Carreño
Jorge Molina
Secretario
Gremial y Organización Secretario
General
UnTER UnTER
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