miércoles, 5 de octubre de 2011

ODARDA: CUANDO LA TIERRA SE NOS VA DE LAS MANOS

El proyecto contra la extranjerización de la tierra que presentó el Poder Ejecutivo Nacional tiene como antecedentes varios proyectos que fueron presentados por distintas fuerzas políticas. Uno de ellos fue el de la diputada Elisa Carrió en el 2002, con el apoyo de varios sectores sociales y productivos. Desde esos años, y en forma permanente, el proyecto fue presentado y el debate parlamentario fue requerido, sin que hubiera interés en ese momento por parte de los otros partidos políticos. 
Vale esta aclaración para entender que no se trata de un tema novedoso, aunque hoy lo levante el gobierno nacional como parte de su política de Estado. Se trata de un tema que ha querido instalarse en la agenda política desde hace años por parte de sectores de la oposición, sin éxito.
Más allá de ello, es preciso destacar la voluntad del gobierno nacional de tratar el proyecto contra la extranjerización. Lamentamos que en este contexto favorable, el Poder ejecutivo no habilite un debate parlamentario que permita consensuar un proyecto entre casi una docena que se hallan presentados. El proyecto oficial ha recibido algunas críticas que merecen ser tenidas en cuenta.
Este tema tiene una trascendencia importante para nuestro país, pues es necesario consolidar una política territorial clara que deje sentadas las bases de una verdadera soberanía sobre nuestros bienes naturales. Porque se trata de la tierra y quien la posee, pero también de las riquezas estratégicas que tiene un espacio dado, en tanto las fuentes de agua, los minerales, la biodiversidad también son valores indiscutibles que proteger.
Y no se trata de una cuestión de xenofobia, como se ha dicho para descalificar a quienes han trabajado en el tema, sino de reconocer que es un aspecto más – y muy importante- de la concentración de la tierra en pocas manos, tema que deberá ser abordado con una suma de propuestas, no solo con esta ley.
Grandes espacios de territorio con bienes naturales valiosos, incluso en zonas estratégicas como las áreas de frontera, han sido comprados por sociedades anónimas cuyos dueños pertenecen a empresas o corporaciones extranjeras. Y este es un dato que no se puede soslayar. Necesitamos que la cuestión de la soberanía nacional sobre el territorio se transforme en una política de Estado, pues corremos el riesgo de perder dominio sobre nuestro propio territorio aceleradamente.
La tendencia desde los años noventa, ha sido la extranjerización de la economía, situación que sigue perdurando; y en este contexto la tierra es un bien apreciado por los inversores y grupos económicos extranjeros que a través de las sociedades anónimas han adquirido grandes extensiones de tierra con cuencas acuíferas y otras riquezas, con todo tipo de propósito y proyectos, incluso los filantrópicos. De esta forma, para tener un espacio de paraíso natural, para proteger una especie o para desarrollar el turismo exclusivo, el 10 % del territorio nacional se encuentra en manos foráneas, según datos de la Federación Agraria Argentina.
Desplazamiento de la frontera agropecuaria, apropiamiento de tierras ancestrales pertenecientes a pueblos indígenas, compras de tierras fiscales por parte de empresas extranjeras a escaso valor, zonas de seguridad de frontera No Seguras… es el panorama general en nuestro país y en Rio Negro.
El proyecto agroalimentario chino en las más de 300.000 has de tierras productivas de Rio Negro está totalmente en línea con lo que vengo diciendo. La pérdida de soberanía sobre el territorio -no importa en este caso si se trata de un alquiler-, es escandalosa.
Además de tratarse de un proyecto extractivo a gran escala, por la intensidad de la siembra de monocultivos planeada, el gobierno le facilitaría a la empresa la posibilidad de un Puerto propio y varios años de operación para producir alimentos para otro destino, vedando así cualquier posibilidad cierta de que nuestros productores rionegrinos sean beneficiados con tales aportes y facilidades. Mientras tanto, la situación de los productores frutícolas pequeños y medianos en los valles sigue empeorando y las chacras siguen siendo rematadas. ¿Cuál es la política alimentaria y territorial hacia dentro de nuestras fronteras provinciales?, me pregunto sin respuestas.
Hay dos casos en el sur que deseo mencionar porque resultan ejemplares para ver la problemática de la extranjerización. Uno es el caso de un grupo belga que compró unas 7.080 hectáreas de tierras fiscales en el Cerro Carreras. En este cerro nacen los ríos  Chubut, Pichileufú, Foyel y Villegas, también allí hay glaciares, es decir que compró una de las reserva de agua dulce más importantes de la región.  Las tierras, cercanas a El Bolsón, pertenecen ahora a la empresa Burco de origen Belga que se dedica a  “proyectos vacacionales de lujo situados en entornos naturales únicos”.
La compra fue hecha a través de una sociedad anónima, la empresa El Talismán SA que es de Burco. Burco fue quien pidió los derechos de ocupación de la tierra al mismo tiempo que el ocupante se ofreció a vender. En tiempo record, el gobierno provincial autorizó la transferencia y se materializó la entrega.
Otro caso reciente  parece también una triangulación: La empresa Laderas del Paralelo 42 es concesionaria del cerro Perito Moreno en El Bolsón y pertenece al empresario Maximiliano Mazza, cuñado de Nicolás Van Dittmar, presidente de Lago Escondido SA, la famosa empresa perteneciente a Joe Lewis. La empresa que maneja el centro de Sky adquirió 850 has de una propiedad de origen fiscal adyacente a la propiedad de Lago Escondido con el fin de armar un emprendimiento turístico privado que vincula la propiedad lago Escondido SA con el Cerro Perito Moreno. En el 2009 la provincia le adjudicó la llamada Pampa de Ludden a la familia Soria, en tiempo record se subdividió la tierra y en tiempo record, el gobierno de Rio Negro autorizó la escritura al nuevo propietario Maximiliano Mazza. La zona en cuestión se encuentra de la Zona de Seguridad de Frontera. Los legisladores Bardeggia y Bonardo, quienes han investigado, y también los vecinos de la región de Mallín Ahogado, sospechan que tal negociado tiene detrás los intereses de Lago Escondido SA, la empresa del magnate ingles Joe Lewis que ha impedido estos años el acceso público al lago Escondido.

Los hechos que refieren a entrega de recursos, concentración y extranjerización de la tierra son numerosos en Río Negro, por ello alentamos la aprobación de una ley nacional que esté a la altura de la problemática de la extranjerización de la tierra, como paso previo imprescindible para abordar la concentración de este bien social natural en pocas manos.

MAGDALENA ODARDA
LEGISLADORA PROVINCIAL RIO NEGRO CC ARI

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