El
Fiscal de Cámara Ricardo Maggi solicitó un año de prisión en suspenso y
dos de inhabilitación para el ejercicio de la función pública para el
policía Alfredo Timoteo Inca acusado del delito de
vejaciones.
Asimismo pidió al tribunal que se remita copia de la
declaración brindada por el testigo Claudio Fuentes para que se investigue
la posible comisión del delito de falso testimonio.
El
hecho traído a debate se habría registrado el 15 de junio del 2007
alrededor de las 14 horas en circunstancias en que tres menores caminaban
por el playón de las 400 viviendas, ubicado en la intersección de las
calles Arenales y Esmeralda de Cipolletti. Según relataron asistían al
grupo "Comunidades Vulnerables" y esa tarde tenían previsto pintar un
mural. En dicha circunstancias habrían sido interceptados por un móvil
policial conducido por el Cabo Claudio Fuentes quien iba acompañado del
Sargento Alfredo Inca, que les cruzaron el patrullero obligándolos a
detenerse. En esa acción habrían lesionado con el espejo exterior del
vehículo a una de las víctimas en el codo; pese a que los jóvenes se
corrieron pensando que el auto como tenía las balizas encendidas seguiría
de largo. Los policías los obligaron a detenerse y a poner las manos sobre
el patrullero golpeándolos a la altura de las costillas; al tiempo que no
los habrían dejado bajar los brazos con amenazas de golpes.
Por el
lugar habría pasado el padre de uno de ellos quien advirtiéndo la
situación se acercó hasta el playón. Inca y Fuentes se habrían retirado
inmediatamente, previo a decirles que "no miren hacia
atrás".
En su
alegato el fiscal aseguró que el playón, “era de fácil acceso” para el
móvil policial lo que quedó acreditado en la inspección ocular. Maggi
también puntualizó respecto de los testigos que “los vecinos no salen de
sus hogares, ni se los ve por la ventana ya que no se interesan en las
diligencias policiales”; pero como contrapartida las declaraciones de los
tres menores son coincidentes y las lesiones denunciadas están constatadas
por las pericias médicas.
Por su
parte el defensor particular Gustavo Lucero abogó por la absolución por el
beneficio de la duda.
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