La
Cámara Segunda del Crimen de Cipolletti condenó a Mónica Pereyra a la pena
de cinco años de prisión y accesorias legales por encontrarla autora penal
y materialmente responsable del delito de facilitación de la prostitución
de una menor de 18 años, además le impuso las costas del
proceso.
"La
niña fue víctima de su propia vida, ya hice referencia al respecto y dudé
en cuanto a si la acción de Pereyra debía encuadrarse en promover o
facilitar la prostitución inclinándome por esta última. La relación entre
Pereyra y la menor es trágica y con ribetes patéticos. Y. aún la extraña y
piensa que actuó como una madre, extraña y perversa manera de asumir el
rol de una madre ausente, debo sopesar que con su accionar Pereyra obtenía
un provecho en dinero, Y. dijo que le sacaba parte de lo que ella ganaba
y, que realmente no tenía necesidad económica acuciante alguna, acreditó
que vivía de sus artesanías, sus clases, su pensión y el sueldo de Morales
(pareja). Pereyra sabía la edad de Y., también conocería sus rebeldías que
fueron relatadas por su abuela y su hermana, el informe de fs. 686 es
relevante en el punto, como mujer madura explotó los sueños de la rebelde
niña, su sexualidad precoz, sus claras posibilidades de ganar plata
ejerciendo la prostitución, la alentó en tal sentido, le dio fuerzas
cuando la niña quiso otra cosa, ejerció toda la influencia que pudo sobre
la menor para que siguiera el triste derrotero que aún dudo si no lo
inició. Si no fuera por el fastidio de las prostitutas mayores que
desfilaron en el debate Y. continuaría hoy en la ruta 22" sostuvo el Dr.
César Gutiérrez Elcarás a cargo del voto rector.
“Los
testimonios acreditan sin duda alguna que la niña ejercía la prostitución,
también lo reconoce ella en su declaración testimonial, la zona en que lo
hacía era la cercanía de la chacra donde vivía la imputada junto con su
marido, al sentirse descubierta la niña huía hacia la chacra donde
encontraba contención y resguardo. Del allanamiento surge que la menor
tenía su ropa, mayoritariamente de trabajo, en la chacra de la imputada y
que por lo menos una vez, el 16 de octubre de 2010, se dirigió allí con
preservativos en su cartera y servilletitas de papel. Con tales
fundamentos adelanté al inicio de esta cuestión que tenía acreditado, sin
cortapisa alguna, el hecho por el cual fue acusada Mónica Pereyra" analizó
Gutiérrez Elcarás.
Los
jueces Guillermo Baquero Lazcano y Alejandra Berenguer acompañaron el
análisis del juez preopinante.
De la
investigación judicial surge que en fecha no determinada con exactitud,
pero estimable entre el mes junio y de octubre del año 2010 la imputada
habría facilitado el ejercicio de la prostitución de una menor de 14 años
de edad que habitaba en su domicilio.
Un
ocasional conductor que transitaba por la Ruta Nacional 22 advirtió la
presencia de la jovencita quien aparentemente estaba ejerciendo la
prostitución y dio aviso a la policía. Personal policial se habría
acercado hasta el lugar constatando la presencia de la menor que al ser
descubierta intentó ocultarse en la chacra donde residía junto a la
imputada y su pareja.
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