miércoles, 14 de septiembre de 2011

“SI SORIA Y BARBEITO QUIEREN MODIFICAR LA LEY ANTICIANURO, QUIEREN QUE RIO NEGRO SEA COMO CATAMARCA” DECLARA ODARDA

La candidata a gobernadora Magdalena Odarda (CCARI) advierte que de ser modificada o derogada la ley anticianuro en Rio Negro, la provincia puede convertirse en una provincia como Catamarca.

En candidato por el FpV Alberto Weretilneck, en un nuevo intento por “acomodar” las declaraciones de su compañero Carlos Soria, declara que revisarán los actos del radicalismo, entre ellos la ley anticianuro. Si ellos revisan esa ley, no revisan al gobierno; revisan la decisión de la mayoría de los rionegrinos de decirle no a la minería metalífera con uso de sustancias toxicas.

Desde la CCARI creemos que la ley 3981 no debe ser tocada, es más, solo debiera ser enriquecida con nuevos aportes que pueden hacer las organizaciones sociales provinciales. Las asambleas ciudadanas tanto en Rio Negro como en resto del país, vienen reclamando por la derogación de la legislación minera nacional, aprobada en la década del 90 por el gobierno de Carlos Menem, la cual facilita con todo tipo de estímulos fiscales, el saqueo de la riqueza mineral de nuestro suelo.

Soria, Weretilneck y Barbeito representan estos mismos intereses, y al igual que el gobierno nacional, se predisponen para consolidar a Rio Negro como una provincia minera más.

Es necesario aclarar para quien dude, que la CC ARI no se opone a la minería en general, sino al desarrollo de la minería metalífera –plata, oro y otros- con uso de sustancias tóxicas a cielo abierto que ha sido promovida por el gobierno nacional gracias al paquete de leyes que facilita este saqueo. Las empresas transnacionales mineras buscan a cualquier costo explotar estos bienes naturales, no solo aquí, sino en otros lugares del mundo, dejando a su paso grandes pasivos ambientales como la contaminación de ríos y otras fuentes de agua, la tierra, el aire, la desaparición de glaciares; dejando las economías regionales devastadas y pueblos empobrecidos.

Sabemos que la discusión no pasa por pelear regalías mayores, o impulsar una minería igual pero con sello nacional, sino por elegir un modelo de vida y crecimiento que respete las condiciones sociales y ambientales, que el Estado pueda estar presente para impulsar, apoyar y proteger las actividades económicas tradicionales, las que están instaladas en las culturas de las mismas comunidades.

Le corresponde también al Estado a su vez, resguardar los principios fundamentales de la Constitución Nacional y Provincial y mantener una actitud soberana sobre el territorio y los bienes naturales que en él se encuentran.

Muchos datos, entre ellos el del proyecto minero Bajo la Alumbrera en la provincia de Catamarca, sirven de ejemplo para decir no a esta actividad minera y seguir sosteniendo la ley rionegrina: en un solo mes utiliza la misma cantidad de explosivos que se requiere por año en todo el país. Además, los especialistas advierten que la remoción de las montañas o de terreno acelera la producción de sulfuros, que con el aire y el agua producen drenajes y lluvias ácidas, con su contaminación consecuente.

Además, en los últimos años hubo cuatro derrames comprobados del mineraloducto por donde circula el mineral molido junto con la concentración de cianuro y agua. La abundante cantidad de agua que requiere la actividad minera es otro tema grave. La Minera La Alumbrera cuenta con un permiso de extracción de 1.100 litros por segundo. Tiene permiso para extraer hasta 69 millones de litros por día. El agua utilizada es irrecuperable. No hay tratamiento posible para que vuelva a ser aprovechable. Los habitantes de las zonas cercanas denuncian que los ríos han bajado su caudal y hoy son “un hilo de agua”.

Las promesas de mayor trabajo para los habitantes del lugar es la mentira con la que envuelven a los pobladores, pues la mayor parte de la mano de obra son profesionales de ciudades importantes o extranjeros.

“El gobierno que asuma en Rio Negro no puede ni debe dejarse seducir por las promesas de empleo, ni aportes, ni donaciones para escuelas, ni inversiones comunitarias u otros “regalos” que las empresas mineras transnacionales acostumbran hacer para obtener la “licencia social”. Espejitos de colores, con los que pretenden llevarse grandes riquezas dejando todo tipo de consecuencias nefastas en lo ambiental y social.”, finalizó Odarda

PRENSA CC ARI

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